De Vilcabamba partimos hacia Cuenca, 7
horas después llegamos a destino y nos quedamos en “El Cafecito” un hostal en
el centro de la ciudad que tiene la mitad de su Staff de Argentina. Ahí nos
quedamos una noche, y en lugar de ir a Riobamba al otro día, decidimos partir a
Quito en un bus nocturno… Eso nos dio tiempo de caminar un poco por la ciudad,
sacar muchas fotos y disfrutar de un lindo día.
A las 11 de la noche, nos subimos a un bus
que nos llevo a las verdaderas chapas hasta quito. Llegamos a las 7.30 de la
mañana y nos tomamos un trole hasta La Mariscal, donde habíamos reservado dos
noches en Vibes Hostel.
Después de pasar nuestros últimos días en
Quito, despidiéndonos del lugar, de la gente y del mercado central (comimos de
último almuerzo Corvina con Ceviche y Papas Horneadas que era un espectáculo),
partimos para Otavalo...
Otavalo es una
ciudad chiquita dos horas al norte de Quito que es conocida casi exclusivamente
por el Mercado de Artesanias, que aparentemente es gigantesco los sábados (y
digo aparentemente, porque nos quedamos sólo una noche y era del miércoles para
el jueves).
La ciudad es
chiquita, tiene un aire a Cosquín si me preguntan, y por donde mires hay
puestitos de artesanias, tiendas que venden tejidos, articulos de cuero,
zapatos, comida (mucha comida) y chucherias en general... Bastante más lindo de
lo que pensaba, la verdad sea dicha.
Nos quedamos en el
Rincón del Viajero, un hostal que solo tiene habitaciones privadas, pero que es
bastante económico (USD 11,50 con desayuno)... Asi que como en Cuenca a los
chicos les toco la habitación privada, esta vez era mi turno J
Al medio día almorzamos horneado, que es básicamente
un chancho gigante horneado completo, y una señora agarra pedacitos y te los
pone en un plato con mote, arvejas, ensalada y una especie de bomba de papa
aplastada sin queso, no suena muy apetitoso, pero lo es. Cuando terminamos de
comer fuimos a la plaza de los Ponchos, donde esta habitualmente el mercado de artesanías,
y recorrimos los puestitos hasta que empezaron a caer algunas gotas, ahí decidimos
que era hora de una siesta.
Después de la siesta (que me sirvió más
que nada para rearmar la mochilota, que ya tenía su propio código postal del
quilombo que cargaba, y para arreglar mi mochilita que ya estaba por perder un
tiro) salimos a caminar un poco por ahí, sacar algunas fotos y tomar un
cafecito en el pueblo. Antes de volver al Hostal, compramos unas cervecitas y
unas papas rellenas (que es como una bola de puré con carne, arroz y alguna que
otra verdurita en el medio, apanada y frita).
Volvimos al hostal a relajarnos en las
hamacas y charlar un rato antes de dormir. Al otro día, desayunamos a las 7.30
y partimos a la odisea de la frontera…
El dueño del “Rincón del Viajero” nos había
dicho que era mejor ir a Ibarra a tomar un bus a la frontera, porque si no teníamos
que ir a la ruta a parar un bus que vaya para Tulcán, y estaba lloviendo (no daba
para correr debajo de la lluvia con los mochilones). Como buenos niños
obedientes que somos, caminamos las cuadras que nos separaban de la terminal y
enganchamos (de puro traste) un bus que estaba saliendo.
Media hora y 0.45 centavos de dólar después
estábamos en Ibarra y después de esperar un rato, ya estábamos en otro bus con
destino a Tulcán…
Llegamos a la terminal de Tulcán dos horas más tarde y ni bien bajamos del bus tomamos un taxi hasta la frontera (USD 3.50).
Cuando llegamos, sabiendo que Tess y yo habíamos sobrepasado el tiempo permitido por nuestra visa de turistas (90 días), estábamos un poco nerviosas haciendo la fila para que nos sellen la salida del país. Cuando finalmente fue nuestro turno, el oficial de migraciones nos dijo que tenían que llenar un informe que se iba a demorar dos horas, y recién ahí nos podían dejar salir…
Un delicioso almuerzo y tres horas después, finalmente nos sellaron la salida, y sin multa ni reto, finalmente cruzamos la frontera y felices de la vida caminamos a través de la callecita que llevaba a la oficina de migraciones colombiana J
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| El Mercado de las Flores en Cuenca |
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| Catedral de Cuenca |
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| Desayunando en mi paseo matutino por Cuenca |
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| El Rio, en Cuenca |
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| Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca |
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| Dan y Tess caminando por las calles de Cuenca |
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| Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca |
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| Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca |
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| Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca |
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| Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca |
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| Veleta en Cuenca |
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| Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca |
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| Jugando con Burbujas en El Centro de Arte Contemporáneo |
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| Las Paredes también dicen cosas en Quito |
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| Chau Quito :P |
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| Corvina con Papas Horneadas, delicioso! |
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| Las últimas huevadas turísticas en Quito |
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| Diciendole Chau a Jacob en Happy Mondays |
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| Horneado :) |
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| La Iglesia de Otavalo |
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| Vista desde la Plaza de Otavalo |
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| La luna, desde Otavalo |
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| Relax en el Rincón del Viajero |
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| Relax en el Rincón del Viajero |
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| Relax en el Rincón del Viajero |
(De más esta decir que la falta de fotos de el cruce de la frontera es porque no me daba mucha confianza sacar la cámara por ahi, pero ya se imaginan como era)
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