29 de octubre de 2012

Despidiéndonos de Ecuador

De Vilcabamba partimos hacia Cuenca, 7 horas después llegamos a destino y nos quedamos en “El Cafecito” un hostal en el centro de la ciudad que tiene la mitad de su Staff de Argentina. Ahí nos quedamos una noche, y en lugar de ir a Riobamba al otro día, decidimos partir a Quito en un bus nocturno… Eso nos dio tiempo de caminar un poco por la ciudad, sacar muchas fotos y disfrutar de un lindo día.

A las 11 de la noche, nos subimos a un bus que nos llevo a las verdaderas chapas hasta quito. Llegamos a las 7.30 de la mañana y nos tomamos un trole hasta La Mariscal, donde habíamos reservado dos noches en Vibes Hostel.

Después de pasar nuestros últimos días en Quito, despidiéndonos del lugar, de la gente y del mercado central (comimos de último almuerzo Corvina con Ceviche y Papas Horneadas que era un espectáculo), partimos para Otavalo...

Otavalo es una ciudad chiquita dos horas al norte de Quito que es conocida casi exclusivamente por el Mercado de Artesanias, que aparentemente es gigantesco los sábados (y digo aparentemente, porque nos quedamos sólo una noche y era del miércoles para el jueves). 

La ciudad es chiquita, tiene un aire a Cosquín si me preguntan, y por donde mires hay puestitos de artesanias, tiendas que venden tejidos, articulos de cuero, zapatos, comida (mucha comida) y chucherias en general... Bastante más lindo de lo que pensaba, la verdad sea dicha.

Nos quedamos en el Rincón del Viajero, un hostal que solo tiene habitaciones privadas, pero que es bastante económico (USD 11,50 con desayuno)... Asi que como en Cuenca a los chicos les toco la habitación privada, esta vez era mi turno J

Al medio día almorzamos horneado, que es básicamente un chancho gigante horneado completo, y una señora agarra pedacitos y te los pone en un plato con mote, arvejas, ensalada y una especie de bomba de papa aplastada sin queso, no suena muy apetitoso, pero lo es. Cuando terminamos de comer fuimos a la plaza de los Ponchos, donde esta habitualmente el mercado de artesanías, y recorrimos los puestitos hasta que empezaron a caer algunas gotas, ahí decidimos que era hora de una siesta.

Después de la siesta (que me sirvió más que nada para rearmar la mochilota, que ya tenía su propio código postal del quilombo que cargaba, y para arreglar mi mochilita que ya estaba por perder un tiro) salimos a caminar un poco por ahí, sacar algunas fotos y tomar un cafecito en el pueblo. Antes de volver al Hostal, compramos unas cervecitas y unas papas rellenas (que es como una bola de puré con carne, arroz y alguna que otra verdurita en el medio, apanada y frita).

Volvimos al hostal a relajarnos en las hamacas y charlar un rato antes de dormir. Al otro día, desayunamos a las 7.30 y partimos a la odisea de la frontera…

El dueño del “Rincón del Viajero” nos había dicho que era mejor ir a Ibarra a tomar un bus a la frontera, porque si no teníamos que ir a la ruta a parar un bus que vaya para Tulcán, y estaba lloviendo (no daba para correr debajo de la lluvia con los mochilones). Como buenos niños obedientes que somos, caminamos las cuadras que nos separaban de la terminal y enganchamos (de puro traste) un bus que estaba saliendo.
Media hora y 0.45 centavos de dólar después estábamos en Ibarra y después de esperar un rato, ya estábamos en otro bus con destino a Tulcán…

Llegamos a la terminal de Tulcán dos horas más tarde y ni bien bajamos del bus tomamos un taxi hasta la frontera (USD 3.50).

Cuando llegamos, sabiendo que Tess y yo habíamos sobrepasado el tiempo permitido por nuestra visa de turistas (90 días), estábamos un poco nerviosas haciendo la fila para que nos sellen la salida del país. Cuando finalmente fue nuestro turno, el oficial de migraciones nos dijo que tenían que llenar un informe que se iba a demorar dos horas, y recién ahí nos podían dejar salir…

Un delicioso almuerzo y tres horas después, finalmente nos sellaron la salida, y sin multa ni reto, finalmente cruzamos la frontera y felices de la vida caminamos a través de la callecita que llevaba a la oficina de migraciones colombiana J
El Mercado de las Flores en Cuenca
Catedral de Cuenca
Desayunando en mi paseo matutino por Cuenca
El Rio, en Cuenca
Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca
Dan y Tess caminando por las calles de Cuenca
Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca
Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca
Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca
Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca
Veleta en Cuenca
Las Paredes Dicen Cosas en Cuenca
Jugando con Burbujas en El Centro de Arte Contemporáneo
Las Paredes también dicen cosas en Quito
Chau Quito :P
Corvina con Papas Horneadas, delicioso!
Las últimas huevadas turísticas en Quito
Diciendole Chau a Jacob en Happy Mondays 
Horneado :)
La Iglesia de Otavalo
Vista desde la Plaza de Otavalo
La luna, desde Otavalo
Relax en el Rincón del Viajero
Relax en el Rincón del Viajero
Relax en el Rincón del Viajero



















(De más esta decir que la falta de fotos de el cruce de la frontera es porque no me daba mucha confianza sacar la cámara por ahi, pero ya se imaginan como era)

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