Sucree Sucree!!

En el colectivo a Sucre, empecé a leer “Las Venas Abiertas de América Latina” que nunca había leído, y creo que fue el momento perfecto para empezar, ya que empieza hablando justamente de Potosí, las minas y Sucre y su esplendor durante esa época…

Cuando llegamos a Sucre les escribimos a los chicos de Mendoza, que estaban acá ya, y bajamos de la terminal a buscar un alojamiento. Encontramos un Hostel a 40 bolivianos la noche, bastante básico, pero acá todo es un poco más caro… Dejamos las cosas, fuimos al baño (es la rutina habitual, ya que en cualquier otro lado te cobran entre 2 y 5 bolivianos por entrar al baño) y salimos a dar unas vueltas, Vicky y Peter fueron a comprar sus pasajes para la Paz, y yo recorrí un poco en busca de un lugar con wi-fi para la noche del lunes que va a ser mi primera noche sola desde que comencé el viaje. Comimos en un lugar frente al Hostel, no resulto muy barato pero era súper abundante la comida… Después fuimos a visitar a los chicos mendocinos en su residencia y salimos a dar unas vueltas por la noche de sucre… Ja!

Con Peter, Vicky y los Mendocinos 

La noche de Sucre es rara, encontramos un bar Holandés donde nos tomamos una jarra de 1.3 litros de cerveza paceña entre todos y después volvimos contentos cada uno a su Hostel… Acá todos los lugares tienen toque de queda, se cierran las puertas entre las 12.00 y la 01.00 y te tienen tolerancia de una hora como mucho, sino te quedas afuera…

El lunes cuando me levante armé mis cosas para cambiarme de Hostel como todos los días, con la excepción de que esta vez, me estaba cambiando a un Hostel enteramente de mi elección y para mí sola, porque Vicky y Peter partían ese mismo día con destino a La Paz. Mientras ellos se bañaban yo acomode mis cosas para irme a un Hostal que estaba a una cuadra del San Marcos, que era el nombre del anterior.

Patio del Hostal San
Francisco

En el Hostal San Francisco, me quede en una habitación privada, con Wi fi, y baño privado por 60 bolivianos, inicialmente eran 70 pero como la señal de Wi fi no era buena ahí y mi habitación no tenia vista al patio como las otras, conseguí que me rebajaran 10 bolivianos. A lo mejor si seguía peleando me descontaban un poco más, pero ya estaba media pesada la mochila como para seguir peleando, así que agarré viaje…

Ahí llegue, deje mis cosas y me relaje… Subí a la terraza y vi que tenía un lavadero ahí, así que de lo más contenta subí con mi ropa y a lavar se dijo… Lave todo lo que tenia sucio y lo colgué en la soga al sol, se secó en un par de horas todo lo que había lavado, y eso que era ropa de abrigo….

Mientras acomodaba mis cosas, y me ponía cómoda en mi habitación nueva, llegaron Peter y Vicky, que me habían dicho de dejar las mochilas en mi habitación mientras recorrían un poco la ciudad porque su colectivo a La Paz salía a las 7 de la tarde.

Volví para la Plaza, único lugar desde donde me ubique siempre para volver al Hostal, por más sencillo que fuera el trazado de la ciudad, nunca sabía exactamente donde estaba hasta que no hacía pie en la plaza…

Que ciudad más hermosa, hasta ahora es la que más me ha gustado de las que he visto… Es todo muy blanco, muy lindo y muy viejo, una combinación a mi parecer perfecta…

Calles de Sucre

Deje el mapa que había conseguido en la habitación y arranque a caminar sin rumbo para el lado de la plaza, di varias vueltas en círculo, ampliando el radio alrededor de la plaza, el mercado, la avenida de los barsuchos y comida callejera, de todo un poco… El día estaba hermoso, y los olores fuleros estaban en su mínima expresión, así que fue un paseo genial... 

El resto de los días en Sucre fueron geniales... Turisteando, un poco sola y un poco con Dimitris (mi amigo griego que encontré por casualidad en la plaza de Sucre)... 

La última noche mude de hostel de nuevo, a uno que estaba cerca de la terminal, tenia la puerta mas linda  :)

La verdad es que me faltaron muchas cosas de ver en Sucre y me encantó la ciudad, seria genial poder volver... después veremos que pasa

Mercado :)

La Puerta del Hostel